Alejandro Pastrana Valls
Economía Mundial
Por Alejandro Pastrana Valls
En las democracias de América Latina hay síntomas de enfermedad política. La desconfianza en los aparatos de gobierno, la sensación de una democracia débil y endeble, problemas de corrupción, educación, salud, desempleo, y crisis de legitimidad de las instituciones son características propias de estas naciones.
Actualmente, México está viviendo un período económico muy difícil. La turbulencia de la crisis mundial iniciada en 2008 ocasionó una disminución en el crecimiento económico del país y; por ende, una reducción en la población empleada. A pesar de ello, la crisis europea aún no ha impactado plenamente a la economía mexicana por lo que es fundamental el fortalecimiento del mercado interno, rompiendo con la dependencia de las economías del exterior.
Sin embargo, esta situación no escapa de los países europeos: la contratación de deuda, la irresponsabilidad de las instituciones crediticias y el consumismo ha generado una crisis económica con rasgos muy parecidos a la presentada al inicio del siglo pasado.
Esta crisis sigue frenando la recuperación económica mundial. La recuperación de México será lenta dado que la economía nacional ve afectada por los acontecimientos prevalecientes en el viejo continente y por el crecimiento moderado de Estados Unidos. A pesar de ello, el Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó que las economías emergentes tendrán un crecimiento económico moderado, absorbiendo los efectos desfavorables de las economías avanzadas.
En este entorno, los gobiernos alrededor del mundo, además de combatir los niveles altos de desempleo han tenido que enfrentarse a grandes problemas presupuestales. La insuficiencia de los recursos les permite hacer poco o nada ante las carencias y demandas sociales.
Christine Lagarde, Directora del Fondo Monetario Internacional, alertó que una tercera ola de incremento en el precio de los alimentos amenaza con comprometer los esfuerzos por contener la inflación y brindar una red de protección adecuada a los habitantes más pobres de América Latina y el Caribe. Las demandas son mayores con el pasar de los años y los recursos cada vez más escasos. Es aquí en donde los gobernantes deben tener la capacidad de análisis y visión de estadista para resolver esta coyuntura, la cual se prolongará durante varios años.
Para Lagarde, la política y la recuperación económica mundial están en riesgo y advirtió que es necesario incrementar las acciones en Europa para salir de la crisis y evitar que se contamine a otras zonas. En un discurso en la reunión anual del FMI, la directora consideró que los gobiernos de los países afectados por la crisis no están actuando lo suficientemente rápido para frenarla y evitar que otras naciones se vean afectadas.
Ante este escenario, es obligatorio exigir, a los funcionarios nacionales, estatales y locales, la presentación de propuestas de políticas públicas para el desarrollo del país. Por citar un caso, el Presidente Obama, contendiente en la elección presidencial en Estados Unidos en este año, prometió equilibrar la balanza entre ricos y pobres a partir de una economía duradera que tendrá como iniciativas “elevar impuestos a los estadounidenses más ricos, nuevas investigaciones sobre la crisis hipotecaria y el respaldo a la manufactura nacional”.
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