Alejandro Pastrana Valls
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ColumnAlejandro Pastrana Valls
Reforma Preferente
Por Alejandro Pastrana Valls
Los políticos suelen tomar decisiones populares entre sus simpatizantes; sin embargo, estas medidas también suelen movilizar a la oposición política al menos en el terreno electoral. Estas respuestas o reacciones dejan al electorado y al sistema de partidos en situación de incertidumbre y aún más polarizado, dificultando el progreso de la sociedad.
Los representantes electos a cargos populares han sido siempre responsables ante el pueblo en las urnas, pero la relación de intercambio de deberes y obligaciones sólo se limita al terreno electoral y no se presenta un sistema de rendición de resultados en el desarrollo diario de la administración de los temas públicos.
La rendición de cuentas es uno de los elementos centrales de las democracias representativas. Éste es un instrumento para acotar el poder y garantizar que los gobernantes (y servidores públicos) cumplan sus funciones con transparencia, honestidad y eficacia. La definición exacta es ser sujeto a la obligación de reportar, explicar o justificar algo; ser responsable ante alguien de algo.
El sistema de rendición de cuentas se divide en: análisis vertical y análisis horizontal. La rendición de cuentas vertical está relacionada a los procesos electorales. Los ciudadanos pueden castigar o premiar al partido que está en el gobierno a través del sufragio en las elecciones. La rendición de cuentas horizontal se refiere a la existencia de instituciones que tienen la autoridad y capacidad legal de sancionar (Secretaria de la Función Pública y Auditoria Superior de la Federación, en el orden federal).
El sistema político mexicano necesita un mejor desempeño público y un esquema de rendición de cuentas más eficiente. El término rendición de cuentas se compromete a ir más allá de la responsabilidad fiscal, éste debe garantizar que los fondos públicos se inviertan y/o gasten legalmente, destinados a una mejor y mayor redistribución de los recursos y las riquezas. En este sentido, la responsabilidad gubernamental debe referirse al gasto eficaz y eficiente de los ingresos de la nación.
La sociedad y, por ende, el electorado tiene que saber con mayor precisión si los programas de gobierno están logrando lo que se pretende o no y tener certeza de que estos son ejecutados de manera eficaz y eficiente. Pero sobre todo y por encima de cualquier prioridad es necesario que el gobierno desarrolle habilidades para poder cambiar a los programas sociales o al menos los mecanismos de implementación si no son tan eficientes como deberían ser.
La rendición de cuentas debe considerar que hay dos niveles de objetivos vinculados a los servicios y servidores públicos. Los objetivos sociales que buscan incrementar la calidad de vida y la mejora en la relación de los ciudadanos con el medio ambiente. Por otro lado, hay objetivos operacionales que son el reflejo del producto del trabajo constante de las dependencias y funcionaros públicos; por ejemplo, las actividades diarias realizadas por policías, bomberos, médicos, empresas de construcción, entre muchos otros más.
Es importante considerar que si los objetivos operacionales son imprecisos o dispersos el sistema de rendición de cuentas se dificulta y puede generar resultados que no están acordes a las necesidades reales de la sociedad y a la responsabilidad -obligada- del ejercicio de buen gobierno.
En esta preocupación, la iniciativa preferente del presidente Felipe Calderón en materia de contabilidad gubernamental, depositada en el Senado de la República, es un paso trascendental en el tema de rendición de cuentas. Sin embargo, los tres partidos más importantes (por su representatividad política en el Congreso de la Unión) aún no se han puesto de acuerdo para la definición de la instancia encargada de dictaminar esta ley.
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Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.