Cuarenta Mexicanos
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ColumnCuarenta Mexicanos Por Alejandro Pastrana Valls
Este año celebraremos 100 y 200 años de la Revolución e Independencia de México; por lo tanto, el gobierno federal ha buscado un sinfín de mecanismos para enaltecer la mexicanidad de la ciudadanía. Hace 200 años, los mexicanos lucharon contra el Imperio Español para construir una nación libre. Cien años después, el país era gobernado por un dictador derrocado por una sociedad que buscaba libertades políticas e igualdad social. Hoy la situación poco ha cambiado. La polarización social, la pobreza de la mayoría, la poca representatividad, la falta de compromisos y resultados del gobierno y además la poca credibilidad en los partidos políticos son indicadores que deben ser resueltos con urgencia. Sin duda, la sociedad obedece a sus gobernantes y estos, a sus intereses.
El artículo de hoy hace un análisis de una investigación realizada para definir cuáles son los rasgos característicos de la identidad nacional: la mexicanidad.
A partir de la muestra estudiada, 40 entrevistas, se concluyó que el mexicano promedio es representado como un licenciado mestizo, alegre, luchador, amable, responsable y audaz. Físicamente es una persona obesa y bajo de estatura, despreocupado por su apariencia física; sin embargo, extremadamente fiel y amigable. Tiene un gusto especial por el mariachi y el mole. Estos son productos representativos de las tradiciones y costumbres de la nación. Este personaje simpatiza con los héroes y villanos que enmarcan la “historia oficial” del país. La fiesta más representativa es la lucha de Independencia, la cual simboliza las ideas de libertad, igualdad, familia y justicia que están arraigadas en cada uno de los mexicanos.
Los entrevistados tuvieron problemas en autodefinirse ya que enfrentan dificultades al analizar al mexicano ya sea en tercera o primera persona. Usualmente, en la mayoría de las ocasiones, cuando el mexicano habla en plural o en tercera persona, los señalamientos son negativos. En cambio, cuando éste habla en primera persona, indistintamente, las reflexiones son positivas.
El pueblo de pueblos, el México dentro de varios Méxicos, que define Jaime Sabines hace mucho más compleja la capacidad de describir al país de una manera única. Los contrastes y las tonalidades del país emergen a la hora de pensar en él. Las definiciones positivas, negativas o neutras salen a la luz dependiendo del cristal con que se miran. En otras palabras, las percepciones de distintas realidades fueron relevantes cuando los entrevistados respondieron.
También el arraigo a la familia, las tradiciones, los usos y las costumbres tienen un efecto predominante al momento que los mexicanos decidimos cuáles son las actividades que más impacto tienen en nuestra vida. En este sentido, la música y el gusto culinario están vinculados estrechamente al estereotipo que tenemos los habitantes de nuestro país.
En ciertos momentos, los entrevistados respondieron haciendo un análisis del soy a partir de lo que ven en mí y no de lo que sé que soy. Este problema de adaptabilidad social es característico de las sociedades en proceso de desarrollo. Es imperante que los mexicanos nos aceptemos por lo que somos y no por lo que dicen que somos y podemos llegar a ser.
En términos generales, el país tiene gustos muy homogéneos. El impacto de la “historia oficial” ha permeado a todos los estratos sociales, y ha cumplido cabalmente su objetivo: adoctrinar a la sociedad. En este mismo tenor, la presencia de íconos facilita la identificación de un común denominador en la sociedad mexicana. Los personajes independentistas y revolucionarios juegan un papel predominante en la lucha entre héroes y villanos. Los mexicanos necesitamos una dualidad entre el bien y el mal para poder establecer cuál es el mejor rumbo del país. La construcción de nuestra realidad se da en términos de figuras históricas y religiosas que hacen mucho más fácil la representatividad nacional. Es inimaginable pensar un México sin la participación del clero y más aún, con un sinnúmero de religiones, doctrinas y credos que han ido avanzando y posesionándose cada día más y más en todos los rincones de la patria.
Por otro lado, el rechazo a la actualidad, los comentarios de hartazgo, cansancio y humor social de pesimismo son resultado del nulo avance que hemos tenido como nación. La muestra considera que el desarrollo es muy lento y costoso. Ello pude ser consecuencia del predominio político de una élite encargada de concentrar el poder político y económico, debilitando la movilidad de la sociedad. El fraude, la corrupción y la cultura clientelar están arraigadas a las actividades comunes de la sociedad mexicana, muchos se identifican con éstas; sin embargo, no están nada orgullosos.
Es por ello que, la mexicanidad queda entendida como la combinación de íconos históricos, figuras religiosas y la “historia oficial”. La familia y el conservadurismo de la sociedad facilitan la interiorización de estas ideas. El arte, el deporte y el entretenimiento fortalecen aún más estas ideas.
Para la reflexión: Cuando los gobernantes pierden la vergüenza, el pueblo les pierde el respeto.
Comentarios: alejandro@pastranavalls.com
Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.