De la economía a la política
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ColumnDe la economía a la política
Por Alejandro Pastrana Valls
México y la sociedad mexicana han experimentado cambios drásticos y dramáticos durante los últimos cuarenta años. Desde López Portillo con “México, país de contrastes, ha estado acostumbrado a administrar carencias y crisis. Ahora con el petróleo en el otro extremo, tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia”; hasta hoy con Calderón Hinojosa, “Nuestras metas son claras: Recuperar la seguridad, combatir la pobreza y crear empleos para los mexicanos”. Las crisis económicas y las disputas políticas son características que cualquier adulto mexicano conoce a la perfección. La generación sin crisis, está en la adolescencia, aquella población nacida después de la última gran crisis económica del país (1995) no tiene aún la edad para votar. Por lo que, la ciudadanía dispuesta a castigar o premiar al gobierno por su desempeño se limita a todos aquellos que vivimos y experimentamos situaciones graves de crisis económica. Los gobiernos panistas, desde el año 2000, se han vistos beneficiados por periodos de desarrollo económicos importantes. Ello resultado de dos gobiernos priistas encaminadas a fortalecer el control económico del gobierno:el sexenio de Carlos Salinas y la administración de Ernesto Zedillo. Carlos Salinas de Gortari, presidente de México de 1988 a 1994, buscó la modernización política y económica del país. La liberalización económica establecida por él tuvo como objetivo incrementar el control económico del sector privado y público (autonomía del Banco de México), incentivó la inversión de capital extranjero y la internacionalización de la economía nacional, aumentó el número de tratados internacionales y, especialmente, estableció el Tratado de Libre Comercio con América del Norte. Ernesto Zedillo heredó un sistema político y económico en transición, y una de las crisis económicas más fuertes del país. Su administración se caracterizó por acotar el gasto del gobierno, buscando un programa de austeridad aún mayor que aquellos aplicados en la década de los ochenta. El ex presidente Zedillo estabilizó el país y las inversiones regresaron ya que el riesgo país de México (indicador de confianza) se fortaleció considerablemente. En este sexenio se continuó con la liberalización económica, incrementándose el número de políticas destinadas a reformas en el sistema económico del país. Al final la administración zedillista entregó el gobierno a Vicente Fox una situación económica “sana”. Vicente Fox, primer presidente de México no priista, formó un gabinete con actores de diversos partidos y estableció un vínculo muy cercano con Estados Unidos; por lo tanto, el modelo neoliberal se fortaleció aún más. Las limitaciones de esta administración están en el terreno de la frustración política. Las reformas para mejorar la transición democrática no se dieron, la pérdida que cualquier cambio genera fueron reales y la sociedad desconfiada y temeraria dejó su suerte a Calderón Hinojosa, candidato panista. El presidente de México, Felipe Calderón, ha buscado la estabilización y el desarrollo del país a partir de tres ejes: seguridad, salud y empleo. Los resultados de las políticas calderonistas fueron evaluadas en la elección intermedia de 2009, con saldo negativo, ahora estamos a casi un año de la elección presidencial y ahí se dará la calificación final. El fortalecimiento económico ha empujado a la sociedad a ser mucho más crítica y; por lo tanto, a hacer evaluaciones más profundas del desempeño del gobierno. Las percepciones económicas, políticas y sociales juegan un papel determinante en la decisión de voto. La apertura y estabilización económica ha impulsado a las generaciones de las crisis a demandar las reformas políticas necesarias para la estabilización y consolidación democrática. Nos leemos en mi correo electrónico, alejandro@pastranavalls.com, y nos seguimos en twitter, @al3k_pv.
Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.