Descifrando el Empleo
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Por Alejandro Pastrana Valls
México está viviendo un período económico muy difícil. La turbulencia de la crisis mundial iniciada en 2008 ocasionó una disminución en el crecimiento económico del país y; por ende, una reducción en la población empleada. El Presidente, Felipe Calderón Hinojosa (“el presidente del empleo”), ve este tema como una arista muy importante en el desarrollo de su administración. Desde su toma de posesión en diciembre de 2006 ha buscado los mecanismos necesarios para hacer que el porcentaje de la población empleada se incremente. En el Plan Nacional de Desarrollo, el titular del ejecutivo federal ofreció 800 mil empleos permanentes cada año, cifra que no sé ha alcanzado durante su administración. Las cifras del empleo son los indicadores más utilizado por la Presidencia de la República para señalar el avance o retroceso de la economía nacional. Ésta surge de los cambios en el total de cotizantes inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En otras palabras, a las altas de cotizantes (en el ámbito de las empresas del sector privado), se les restan las bajas y con ello se reporta el total de empleos generados. Sin embargo, el ex director, Juan Molinar Horcasitas realizó correcciones a la metodología en el año 2008, ya que el procedimiento empleado tenía errores técnicos y aritméticos. Los errores metodológicos reportaron, en el sexenio del Presidente Fox, más trabajadores de los que oficialmente registraba el IMSS. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS), a partir de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publican información referente a la tasa de desocupación, la cual incluye información sobre la economía informal. Por lo tanto, la disputa entre “credibilidad y ficción” es la constante que prevalece cuando dos actores políticos reportan las cifras del empleo. Los funcionarios públicos claves en la información (en este caso desinformación) son los titulares de la STPS y del IMSS, Javier Lozano y Daniel Karam, respectivamente. Estas dos fuentes de información son complementarias y con ello se obtiene una visión más eficiente de la situación de la economía nacional. Sin embargo, las cifras del empleo no cumplen con su función de informar la situación real de la economía. En cambio se presenta como el dato estadísticamente adecuado, oportuno y “correcto” para el momento político que presenta el país, y es utilizado convenientemente dejando a un lado la validez de consistencia que un indicador económico debe tener, sesgando el análisis a favor de la información que reporta el IMSS. El esfuerzo del IMSS y de la STPS de difundir datos alentadores del desarrollo económico se ve disminuido por la realidad que prevalece en México. El gobierno federal ha pretendido simular la creación de “nuevos empleos”; sin embargo, los datos delatan que en realidad los nuevos registros son el resultado de otros temas. Por ejemplo, la labor de fiscalización del IMSS así como la formalización de empleos que estaban en el terreno de la informalidad, gracias a actores claves como son las empresas de Outsourcing. Ello explica que la mayoría de los “nuevos” empleos estén en el rango de los cotizantes con menores salarios (de uno a dos salarios mínimos). Los funcionarios públicos que giran alrededor del tema de las cifras del empleo han establecido los mecanismos necesarios para crear “ilusiones económicas”. Los datos reflejan exclusivamente la diferencia entre altas y bajas de cotizantes; sin embargo, no se contrastan con los indicadores resultantes de la encuesta realizada en la ENOE. Esta complementariedad nunca se describe ni mucho menos discute a lo largo de las comparecencias o entrevistas realizadas a los titulares de estas dependencias. Al hacer un análisis complementario de la información generada tanto por el IMSS como por el INEGI, se concluye que el incremento en los empleos se da, principalmente, por una recuperación de los espacios perdidos en la crisis económica; sin embargo, estas nuevas plazas tienen salarios más bajos que los anteriores. Por otro lado, el proceso de fiscalización del IMSS, ha hecho que las empresas registren y regularicen a sus trabajadores; los empleos informales se han convertido en empleos formales con baja remuneración económica. Los empleos informales incluyen aquellos que reciben salarios sin estar dados de alta ante el IMSS, los comisionistas, lo empleados que no reciben remuneración económica, personas auto empleadas y todos aquellos que laboran en los hogares. Comentarios: alejandro@pastranavalls.com
Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.