Ninguna economía puede permitirse un ritmo de crecimiento lento, por lo que debe encontrar una respuesta rápida para superar la recesión económica. En un contexto óptimo, las industrias y los mercados de bienes y servicios deben permanecer en un proceso de avance constante.

Los empresarios son personas que, además de satisfacer sus propios objetivos, principalmente económicos y financieros, deben utilizar sus recursos para satisfacer las necesidades de la sociedad, ya que sólo así las empresas se mantendrán y podrán salir de la situación económica actual.

Por lo tanto, las oportunidades de trabajo vinculadas al espíritu empresarial con altos niveles de rendimiento son obligatorias y esenciales para las economías globales.

Pero, ¿qué es el espíritu empresarial? Desde nuestro punto de vista, es la capacidad de planificar, organizar, liderar e impulsar una idea o iniciativa desde el desarrollo de una empresa, afrontando las dificultades como retos y áreas de oportunidad. 

La relación positiva entre el espíritu empresarial y el crecimiento económico ha cobrado relevancia en los últimos años. Los países en desarrollo, principalmente en Asia, han recurrido al espíritu empresarial para estimular su situación económica.

En este sentido, el espíritu empresarial, basado en la innovación, impulsa el crecimiento de las economías en períodos críticos. Actualmente, los países en desarrollo se caracterizan por tener pocos incentivos para el emprendimiento. Sin embargo, los responsables de las políticas públicas deberían considerar que, en períodos de recesión, los recursos económicos -principalmente el capital- son escasos; sin embargo, la innovación puede ser una solución.