Las tres últimas elecciones
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ColumnLas tres últimas elecciones
Por Alejandro Pastrana Valls
En 1994 el escenario político en el país se marcó por: el levantamiento armado en el estado de Chiapas(01 de Ene), el asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta (23 de Mzo)y el asesinato del Secretario General del mismo partido, José Francisco Ruiz Massieu(28 de Sep). Eventos que reacomodaron a los actores políticos y marcaron una elección que se caracterizó por un voto “pacificador”, dada la ola de violencia desatada.
La elección presidencial de 1994 se caracterizó por la cobertura mediática, México no había experimentado una elección con la presencia de tantos medios de comunicación. El debate político televisado por las compañías más importantes fue la novedad; por lo tanto, las campañas electorales se modernizaron. Sin embargo, todavía no se conoce cuál fue el efecto real de la utilización de estos nuevos medios de búsqueda del voto.
El uso de medios de comunicación incentivó poner en práctica a las encuestas y sondeos para medir las preferencias electorales. Valdez (2002) hizo un recuento de los estudios realizados, entre el 1 de enero y el 12 de agosto se realizaron 59 sondeos, un cambio muy importante en la forma de hacer y analizar las preferencias del electorado.
Dicha elección se caracterizó por la nueva relación entre la política y los medios de comunicación, en especial la televisión, la cual cumplió con los objetivos electorales. El PRI ganó la elección con más del 50.35 por ciento de los votos, casi 25 puntos más que su principal competidor, Acción Nacional. Sin embargo, los tres partidos importantes: PRI, PAN y PRD sumaron más del 95 por ciento del total de las preferencias.
De acuerdo a Mendé (2003), la televisión fue efectiva para reducir al máximo el atractivo que Cárdenas había ejercido sobre la ciudadanía en 1988 y, además, tuvo la capacidad de impulsar al candidato del PRI. EL PAN se consolidó y recuperó la posición de segunda fuerza política.
La elección presidencial de 2000 fue una competencia cerrada. Las fuerzas políticas se centraron en la posibilidad de remover al PRI de la presidencia de la República después de 71 años en el poder.
Esta elección se caracterizó por presentar dos electores distintos. Un electorado joven de clase media con ideas democráticas y liberales. Por otro lado, un elector de edad de clase social baja, residente de zonas rurales con edad avanzada el cual apoyaba la continuidad de un sistema político autoritario y paternalista (Moreno 2003). Ello originado por el proceso modernizador del país y el cambio de las estructuras sociales.
La competición se centró en la posibilidad de derrocar al sistema priista. La lucha entre democracia y autoritarismo enmarcó la disputa electoral, en donde los partidos de opción (todos) iban en contra de la continuidad del régimen totalitario priista.
La elección de 2006 se realizó en una constante confrontación de ideologías: derechas e izquierda. En otras palabras, las campañas electorales se polarizaron y se llevó acabo un debate entre ricos y pobres.
Lawson (2006) concluyó a partir de datos de la segunda ronda del Panel de México 2006, que la contienda se definió por el clivaje regional.Este investigador también afirmó que el punto de partida de la disputa entre el clivaje regional, norte y sur, es la disparidad en los estándares de vida de estas regiones. Por lo tanto, se podría considerar que las discrepancias regionales no están alejadas de las diferencias en la situación económica personal, local o regional. En este sentido, las conclusiones obtenidas, no exentan la hipótesis de una diferenciación social entre regiones.
El fortalecimiento irregular de los partidos a lo largo y ancho del territorio nacional, se debe principalmente a la capacidad que estos, de manera diversificada, tuvieron de expandir sus redes. Por ejemplo, en el norte del país la oposición de derecha, PAN, tuvo un acercamiento más efectivo con la sociedad. Por su parte, la izquierda, encabezada por el PRD tuvo un mayor impacto en el sur y sureste. La disputa electoral entre los múltiples partidos existente en el país, se reduce a una competición entre dos fuerzas a nivel local; por lo tanto, la elección de los ciudadanos se encamina a apoyar o no al partido en el gobierno.
En este mismo análisis, Baker (2006) concluyó que la elección presidencial de 2006 demostró la existencia de un clivaje regional. Durante la competencia, la sociedad se dividió entre “azules”, panistas, y “amarillos”, perredista, los cuales se dividieron el norte y sur del país respectivamente.
En esta elección también hay indicios de existir un voto relacionado a los temas más importantes del país, principalmente, el voto económico. Singer (2006) argumentó que la elección presidencial de 2006 se caracterizó por este tipo de sufragio. En otras palabras, cuando el elector percibe que la situación de la económica es “débil” y están insatisfechos con el partido en el gobierno, estos pueden diferir en quién tiene la mejor capacidad para administrar y manejar al país. Por ejemplo, en la elección presidencial los votantes que consideraron que la situación económica no era favorable no sufragaron a favor de López Obrador, candidato del PRD, ya que consideraron que no tenía la habilidad de manejar la economía del país. En el mismo sentido, el repunte económico de los últimos tres años de la administración de Fox Quezada ayudó a que Calderón, candidato del partido en el gobierno, ganará la elección.
Sin embargo, los estudios realizados en México comprueban limitaciones en el análisis del voto económico. Por ejemplo, el PRI perdió la elección presidencial de 2000 después de 4 años de crecimiento económico sostenido. Por lo tanto, queda mucho por conocer y aprender…
Comentarios: alejandro@pastranavalls.com
Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.