Los jóvenes: Clase 2011
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ColumnLos jóvenes: Clase 2011
Por Alejandro Pastrana Valls
Los movimientos para la reconstrucción de una democracia real se han realizado desde la trinchera de la juventud. Estos jóvenes son considerados como los principales detonadores de las revueltas y transformaciones sociales más importantes del desarrollo político mundial. Pero, en esta lógica, ¿por qué son ellos quienes han cambiado al mundo?La juventud es la etapa entre la niñez y la vida adulta. En otras palabras, es la transformación de un mundo ideal al real.Por lo tanto, es la búsqueda de una integración social, sumando las características individuales con las obligaciones y necesidades de la convivencia en el entorno, la sociedad. Sin embargo, hay que reconocer que este proceso, en varias ocasiones, rompe con la esencia de nuestra propia percepción de las cosas. Las ideas se esfuman a cambio de una aceptación social. El enfrentamiento de las ideas “novedosas” con la realidad, el conflicto de la necesidad del cambio y evolución, impulsa a los jóvenes a integrarsea movimientos a favor de un nuevo orden. La rebeldía de la adolescencia es una confrontación entre ideas “frescas y nuevas” y el estatus quo. Los avances tecnológicos y la juventud han motivado a grandes reflexiones sobre el rumbo que tomarán los distintos sistemas políticos y gobiernos alrededor del mundo. El peso social de los jóvenes es mucho mayor ya que en la actualidad representan más del 50 por ciento de la población total. Por ejemplo,en México más de 62 millones de habitantes son jóvenes menores a 29 años de edad, representando el 55.34% de la población del país. En el mismo sentido, en las naciones con movilizaciones sociales (en este año), los porcentajes son aún mayores; por ejemplo, en Libia y Argelia el 58% son jóvenes; en Egipto, 61%; en Sudán, 67%, entre muchos más casos. El “bono demográfico” que tienen estos países no es aprovechado para impulsar el desarrollo económico y social. Este “bono” es el cambio en la estructura de la población, de tal forma que la mayor parte de la población ya alcanzó la edad de trabajar (entre 14 y 60 años). En otras palabras, la población (potencial) económicamente activa es mayor a la población dependiente (en edad escolar o en retiro). Esta situación es económicamente rentable porque hay mayores probabilidades de ahorro, inversión y producción además menor gasto en educación y salud (Behrman, Duryea y Székely 2003). A pesar de conocerse este supuesto, el bono no es utilizado. Por ejemplo, en México la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estima que la población de jóvenes que no estudia ni trabaja –ninis- es de aproximadamente 7 millones; por lo tanto, no participa en ninguna de las actividades productivas del país. Además, que estos millones de jóvenes tienen aspiraciones, sueños y necesidades que no son cubiertas por la sociedad y el gobierno, originando así la desilusión democrática. Los jóvenes de la clase 2011 enfrentan un desencanto social, político y económico sin precedentes. El paso a la vida como adulto trajo consigo un rompimiento con muchos sueños y aspiraciones. Las necesidades son mayúsculas. Es por ello que cualquier política pública que se trate de aplicar debe estar respaldada por un impulso a la juventud. Estos jóvenes no son el futuro ni el mañana, son el presente de una realidad que pocos ven y a muchos preocupa. Es importante considerar que estos jóvenes – la generación Facebook, Twitter, o Redes sociales- han hecho mucho más que sus padres, en treinta años, poco o nada se había visto. La sociedad evoluciona y se transforma o, al menos, despierta del mundo bohemio y psicodélico de los setenta y del dualismo ideológico de los ochenta (Guerra Fría). Nos leemos en mi correo electrónico, alejandro@pastranavalls.com, y nos seguimos en twitter, @Alejandro_PV.
Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.