Opiniones y Periodismo Público
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ColumnOpiniones y Periodismo Público
Por Alejandro Pastrana Valls
La opinión pública tiene origen en las asambleas populares. La sociedad generaba diversas opiniones a temas distintos dependiendo las prioridades del tiempo y del espacio. Ello implicaba el análisis de problemas locales, los que eran discutidos por todos los habitantes de la comunidad. Comúnmente las reflexiones se realizaban en lugares públicos; por ejemplo, la iglesia, la oficina de correos o en los parques. Con el paso del tiempo y el crecimiento de las poblaciones se hizo necesario un sistema de representantes; usualmente estos eran los hombres más prominentes y de mayor edad. Sin embargo, todo estaba encaminado a respetar los códigos, las costumbres y las tradiciones de la comunidad.
La búsqueda de intereses particulares originó que las decisiones públicas fueran sometidas al escrutinio de los dueños de las propiedades (poder económico) y aquellos que tenían un nivel educativo mayor. La opinión pública se transformó en un tema debatido por una minoría que buscaba siempre resaltar los intereses de su clase o grupo social.
Para Kimball Young (sociólogo norteamericano), la discusión pública democrática supone un acuerdo de todas las partes acerca de ciertas aceptaciones y expectativas morales. Este autor identifica cuatro etapas en el proceso de formación de la opinión pública: a) algún tema o problema comienza por ser definido por ciertos individuos o grupos interesados, como un problema que exige solución, b) se establecen las consideraciones preliminares y exploratorias, c) se dictan soluciones o planes posibles. Los apoyos y las protestas están al orden del día y se resaltan las emociones más que los argumentos y d) del debate, escrutinio y discursos se concluye por consenso. Al finalizar, se pone en práctica la ley o reforma aprobada.
La opinión pública está formada por actitudes, ideas y convicciones, acerca de algún tema discutido. Los grupos con intereses especiales se convierten en los centros de la discusión pública pero en la formulación final el papel decisivo es desempeñado por el sentimiento y la opinión del público en general. Dicha opinión surge cuando los grupos se enfrentan con ciertos problemas, cuando viejos modos de conducta se quebranta. Estos no pueden ser modificados con meras consideraciones racionales, porque se encuentran arraigados en nosotros y simbolizan características de nuestra naturaleza emocional. En síntesis, la opinión pública es consecuencia de factores tanto racionales como irracionales.
En la actualidad, la opinión pública es un proceso móvil, flexible y complejo. Las fuentes de información y los intereses varían dependiendo de las características del individuo. El acceso a información mediata y sin costo ha incrementado el grado de conocimiento y de capacidad de reflexión de los integrantes de las comunidades.
Estos cambios han producido transformaciones en los valores y en las prácticas habituales de los individuos teniendo un efecto directo en la democracia, particularmente en el proceso de análisis y formación de la opinión. Es por ende necesario un cambio en la forma de hacer periodismo. La información publicada tiene un impacto real en el desarrollo de percepciones y opiniones.
Un nuevo periodismo que privilegie la investigación, el cual incentive el debate y la deliberación de temas públicos dentro y fuera de la comunidad, dando voz y voto a todos los actores interesados en el tema. Éste debe incorporar a los ciudadanos para que juntos puedan construir una agenda pública más allá de los intereses de unos cuantos, la cual admita la geometría de las opiniones dentro de una sociedad heterogénea: desarrollando así, un periodismo público y profesional.
Comentarios: alejandro@pastranavalls.com
Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.