Teoría Verde
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Por Alejandro Pastrana Valls
El ejemplo más temprano del uso de la palabra verde en el sentido ecológico se presenta en el poema de Andrew Marwell, el Jardín, escrito alrededor de 1650. En este documento la palabra verde es una metáfora a la fertilidad, como color de la primavera, el renacimiento y la vida. En este análisis, se ha argumentado que el pensamiento verde es en realidad un cambio de paradigma, una transformación de las percepciones que rigen las relaciones humanas (Knill, 1991). Aunque también se puede extraer la creciente literatura “verde” en textos más antiguos; por ejemplo, de la Grecia antigua (Platón, Heráclito y Aristóteles), de los cuales se pueden distinguir el paradigma verde como el de la transformación humana.
Las cuestiones ambientales han crecido considerablemente en los últimos años. Sin embargo, los movimientos intelectuales alrededor del tema están pocos desarrollados y en muchos casos mal entendidos. Todavía no hay un libro de las reglas para la Teoría Verde y dada la naturaleza del tema, es poco probable que exista. Esto hace que sea difícil identificar los puntos centrales y relevantes de esta teoría.
En el tema ambiental hay una crítica constante al control del hombre sobre la naturaleza. La corriente verde ha dado sustento y evidencia de que las personas son una parte integral de la naturaleza y no están por encima de ella. El medio ambiente, la naturaleza, es un sistema complejo en el que los humanos tienen un papel a seguir, pero los temas “verdes” acotan y reducen al mínimo el beneficio de la explotación y usufructo del ecosistema.
Este paradigma sugiere que la sociedad humana es un ecosistema, una red compleja de relaciones entre humanos y su contexto, medio ambiente y como tal, está sujeto a las limitaciones y a las leyes naturales. A pesar de ello, casi todas las sociedades (industriales y post-industrial) operan en el supuesto de que la Tierra es una colección de recursos para la sobrevivencia humana.
Los temas ambientales se han mantenido en lo más alto de la agenda política a nivel mundial, ello a partir de la recesión económica de la década de los ochenta. Los medios de comunicación, las casas encuestadoras y la opinión pública concluyen que la sociedad tiene una mayor conciencia en los asuntos “verdes”. Las preocupaciones son cada vez mayores en temas como la contaminación, el campo (con los índices de producción cada vez más bajos) y las políticas energéticas (Lowe y Goyder, 1983).
Ante esto, los temas ecológicos se han convertido en un asunto importante en el terreno político electoral. Los partidos “verdes” se han forjado como en una fuerza política formidable en Europa y en México. El “voto verde” es una fórmula muy atractiva tanto para el electorado como para los partidos políticos, en esta lógica, los problemas ambientales tienen un perfil internacional relevante.
Los políticos de todos los partidos están deseosos de demostrar su conciencia ambiental tanto en los congresos como en las políticas públicas que desarrollan las administraciones en todos los órdenes de gobierno. En este sentido, los manifiestos y las plataformas políticas de los partidos alrededor del mundo están incluyendo temas “verdes”.
Sin embargo, los políticos deben de considerar que la percepción de la “realidad verde” es una red de relaciones, un sistema complejo sin centro y sin jerarquías, sólo se superponen los tipos de interconexiones en donde cada parte contiene el todo, y desde luego el todo es mayor que la suma de las partes. También hay una ética verde, una moral, que se basa en las relaciones que existen en el mundo real. Las personas son parte de un sistema. Una acción será buena cuando tiende hacia la estabilidad e integridad del sistema.
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Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.