Voto Económico
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ColumnVoto Económico
Por Alejandro Pastrana Valls
La teoría política considera que la economía influye de manera importante en las elecciones democráticas. El modelo de voto económico realizado por Key (1966) y aplicado por Kramer (1971) argumenta que los ciudadanos premian o castigan (en términos electorales a través del voto) al gobierno dependiendo del desarrollo de la economía. Este modelo asume al presidente como gran responsable de la economía; por lo tanto, el modelo de premio-castigo se ve reflejado directamente en la aprobación o desaprobación del partido en el gobierno. Este instrumento, votar, puede considerarse como “accountability” (rendición de cuentas). Las teorías de Downs (1957) y Key (1966) dieron como resultado la hipótesis básica de lo que se conoce como voto económico: “cuando la condición de la economía es mala, el votante votará en contra del partido en el gobierno; y, en cambio, si la economía está bien, el votante apoyará al partido oficial”. Por lo tanto, los ciudadanos prestan atención al desarrollo económico que tiene la administración vigente. El modelo de Downs asume que los votantes hacen un comparativo entre la utilidad obtenida del desempeño del gobierno y la utilidad que se espera obtener del partido que compite en la elección. Downs sugiere que este comparativo se da de tres maneras diferentes: a) el desempeño del partido en el gobierno contra el desempeño esperado de la oposición; b) el desempeño del partido en el gobierno frente al desempeño probable que pudo haber tenido el partido opositor; y, por último, c) el desempeño futuro del partido gobernante y del partido de oposición. A pesar de esto, los votantes se enfocarán más en el desarrollo o desempeño del partido en el gobierno, siendo esto más simple. Académicos han realizado estudios sobre las elecciones en Estados Unidos, concluyendo que la economía afecta la decisión de voto del ciudadano a nivel nación y estatal (Kramer 1971, Tufte 1975, Hibbs, Rivers y Vasilatos 1982). En el caso de Europa y Latinoamérica se tienen prácticamente los mismos resultados (ver Lewis-Beck y Stegmaier 2000, 2006). Los estudios del voto económico tienen varias hipótesis relacionadas a la decisión del sufragio. La teoría descrita por Kiewiet (1985) señala que los votantes escogen a su candidato a partir de un análisis diferencial entre las políticas públicas macroeconómicas de los partidos que compiten. En este sentido, Downs (1957) concluye que los partidos políticos incrementarán el número de simpatizantes al minimizar la distancia de la política pública que apoya el elector. En otras palabras, los votantes elegirán aquel partido político que se acerque más a su ideología o a la preferencia en determinado tema. Powell and Whitten (1993) y Whitten and Palmer (1996) sugieren que el apoyo a los partidos de izquierda se ve afectada, principalmente, por el incremento en los niveles de desempleo; en cambio, el apoyo de los partidos con ideología de derecha se ve modificada por incrementos en los niveles de inflación. El modelo definido por Kiewiet (1976) afirma que los actores políticos, en este caso, los votantes, decidirán su voto dependiendo del peso que le den a su situación económica o a la situación de la economía nacional. Los votantes egocéntricos tienen información tangible e inmediata, por lo tanto necesitan poca o nula sofisticación política. En cambio, el votante sociotrópico necesitará mayor conocimiento político para poder hacer un análisis más profundo de la situación económica nacional. Estos votantes utilizan “atajos” (heurísticos) informativos para facilitar su toma de decisión. Estos “atajos” pueden ser variables económicas; por ejemplo, los niveles de inflación o desempleo, los cuales harán evidente si el desempeño del partido en el gobierno fue bueno o malo. Dentro de esta hipótesis, se discute si el voto es el producto de un análisis económico de la situación del individuo (Kramer, 1971, 1983), de la situación nacional (Kinder y Kiewiet 1979, 1981) o de una combinación (Fiorina 1981 y Markus 1988). Sin embargo, esto se puede derrumbar si se piensa en una situación económica fuerte y gobernantes con una aceptación alta, al inicio de su periodo, la cual la han ido perdiendo a lo largo del tiempo. Políticos carismáticos que llegaron a formar gobierno con un nivel de aprobación alto; por ejemplo, Fox y Obama, que los dos, en sus elecciones intermedias han presenciado una revuelta electoral en contra de su partido. Por lo tanto, en la decisión electoral intervienen variables que no se pueden medir ni especificar; por ejemplo, el desencanto social. Comentarios: alejandro@pastranavalls.com
Last Update: Dec. 9, 2024, 11:21 p.m.